Personería Jurídica - Resolución I. G. J. Nº 0001744 del 8 de noviembre de 2011

29 de octubre de 2016

LA NOCHE DE LOS MUSEOS 2016


El sábado 29 de octubre se llevó a cabo una nueva edición de La Noche de los Museos. Se trata del mayor encuentro cultural de Buenos Aires, que esta vez alcanzó una cifra récord de asistentes que tuvieron a su disposición, además de los distintos museos, más de mil actividades gratuitas en diversos puntos de la ciudad.
 
A diferencia de años anteriores, los Patricios de Vuelta de Obligado no estuvimos presentes en un único lugar, sino que, y accediendo al pedido de instituciones amigas, recorrimos durante esa noche varios lugares emblemáticos.

Comenzamos a las ocho de la noche en Plaza de Mayo, frente al histórico Cabildo, acompañando a la Banda Tambor de Tacuarí del Regimiento de Infantería 1 Patricios (nuestro Regimiento) cuando la misma dio por inaugurada oficialmente La Noche de los Museos 2016.

Su director, nuestro amigo el mayor Diego Gonzalo Cejas, tuvo la deferencia de presentarnos al público allí presente, y seguidamente la Banda interpretó la Oración a los Héroes de la Vuelta de Obligado, en la que se recrean los toques de órdenes que se escucharon durante el combate aquel glorioso 20 de noviembre de 1845.

Un rato después acompañamos a la Banda Tambor de Tacuarí en su actuación en los jardines del Museo del Bicentenario, dentro del predio de la Casa Rosada.
 
Aquí fueron innumerables las preguntas del público en relación con el significado de nuestros uniformes y las actividades que los PVO desarrollamos.
 
Seguidamente, y respondiendo a la invitación de otro amigo, el mayor Sergio Toyos, nos hicimos presentes en el Edificio Libertador, sede del Ministerio de Defensa.
 
En el majestuoso Salón San Martín los museos del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea habían montado una muestra interesantísima, donde volvimos a recibir consultas acerca de los Patricios de Vuelta de Obligado.

Luego, e invitados por el licenciado Norberto Pablo Cirio, del Instituto Nacional de Musicología Carlos Vega, proseguimos nuestro recorrido  noche en el viejo edificio en que durante muchos años funcionó la Biblioteca Nacional, donde tiene su sede este instituto, participando en un "taller de candombe afro-porteño" conducido por Cirio y su colaborador Daniel Medina, con el que se recrearon los sones y ritmos del candombe tal como se lo escuchaba en tiempos de Rosas, y con su asistencia, siendo de remarcar el hecho de que lo estábamos haciendo precisamente donde en aquel tiempo estaba la llamada Quinta de las Albahacas, en pleno Barrio del Tambor, habitado primordialmente por gente de color.

La ambientación de todo esto era evocadora: presidido por un retrato del Ilustre Restaurador de las Leyes, don Juan Manuel de Rosas, y una bandera de la Confederación Argentina, en una pequeña mesa lucían una imagen de Manuelita Rosas y un enorme ramo de albahacas, y junto con el público presente los PVO nos prendimos en la recordación de todo aquello haciendo sonar improvisados tambores plásticos con los que acompañamos a quienes tañían los tambores tradicionales y nos guiaban en las letras de los diversos pasos de candombe que se escucharon.  
 
Para finalizar, y ya entrada la madrugada, nos dirigimos hacia el barrio de Mataderos para visitar el Museo Criollo de los Corrales, que dirige nuestro amigo el Prof. Orlando W. Falco.

Luego de las presentaciones, ante la enorme cantidad de folcloristas, paisanas y paisanos que colmaban el lugar, llegó el momento de disfrutar de las exquisitas empanadas acompañadas con buen vino de la pulpería, mientras disfrutábamos del excelente espectáculo folclórico que siempre nos regala este querido museo.  Un broche de oro para esa hermosa noche.
 
Agradecemos  a todos los amigos que con tanto afecto y hospitalidad nos recibieron en cada lugar y pedimos disculpas a tantos otros que también nos cursaron invitación, pero no pudimos hacernos tiempo para estar con ellos.

12 de octubre de 2016

PVO en el Centenario del fallecimiento de Gabino Ezeiza


Casi en la esquina de Azul y Ramón L. Falcón, en el barrio de Floresta, todavía existe el solar donde vivió y murió el legendario payador Gabino Ezeiza, considerado por la crítica como uno de los mejores trovadores criollos que ha dado el Plata en toda su historia.  Sus últimos días los pasó postrado en su cama luego que una fiebre que nunca pudo bajar lo trajo a mal traer después de tocar una memorable payada en un teatro porteño.  En esa, su última actuación, brindó su arte totalmente afiebrado, pero el moreno payador ni se inmutó por no fallar al público que había colmado aquel espacio.

Falleció el 12 de octubre de 1916, un día memorable para su amigo don Hipólito Yrigoyen, quien asumía como Presidente de la Nación gracias a las reglas claras de la Ley Sáenz Peña que establecía, por primera vez en la historia, el voto secreto, obligatorio y universal.  El ocaso le sobrevino a Gabino en su morada de Azul 92, sitio donde funciona desde hace años una panadería-confitería que lleva por nombre Gran Gabino.  Hasta hace cuatro o cinco años atrás, y detrás de una de las vidrieras del local, se ubicaba una placa de bronce que rezaba: “Aquí vivió y murió Gabino Ezeiza – Homenaje de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires”, la cual había sido removida y sin que se supiese sobre su destino final.  Sin embargo, la memoria popular tenía preparada una justa reivindicación para el insigne payador de Buenos Aires.

Así fue, que el lunes 10 de octubre de 1916, en horas de la tarde, se realizó un merecidísimo homenaje a don Gabino Ezeiza en el centenario de su física desaparición frente al domicilio legal donde encontró la muerte.  El acto estuvo convocado por el Instituto Nacional Yrigoyeneano, el Museo de Arte Popular “José Hernández” de Buenos Aires y por autoridades de la Comuna 10, que es, justamente, la que tiene jurisdicción en Azul 92.

Desde las 14 horas, referentes de distintas agrupaciones y amantes de la historia se dieron cita al lugar de la convocatoria, entre ellos la reconocida historiadora Ema Cibotti, miembros de Patricios de Vuelta de Obligado y Jóvenes Revisionistas –Oscar y Gabriel Turone, respectivamente, quienes adhirieron al acto llevando una bandera de la ciudad uruguaya de Paysandú, a la que Ezeiza dedicó una de sus piezas más importantes-, tres gauchos ataviados como tales provenientes de la ciudad de Beriso (Juan Ángel Lupac, Leonardo Suárez y Roger Suárez) y familiares del payador Ezeiza, como ser sus nietos Claudio y Alcira Ezeiza, y sus bisnietos Nicolás y Natalia Ezeiza.

Otras personalidades que se acercaron al acto fueron Felicitas Luna, hija del recordado historiador y abogado Félix Luna, creador de esa emblemática revista llamada Todo es Historia, quien asistía en calidad de Directora del Museo de Arte Popular “José Hernández”, y Diego Barovero, Vicepresidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano, ambos promotores principales del homenaje.

Y mientras iba agolpándose la gente en Azul 92, quien suscribe esta crónica pudo intercambiar algunas impresiones con Claudio Ezeiza, abogado oriundo de Santa Teresita, Provincia de Buenos Aires, y que, como es lógico suponer, lleva en sus genes el gusto payadoril. “Toco el bajo también”, me dijo en un momento del diálogo, mientras se filtraba una pregunta que le hacía alguien sobre el destino de la guitarra de su abuelo, don Gabino Ezeiza, respondiendo que “una de las guitarras de mi abuelo está en la Academia Nacional del Tango, que es supuestamente la que le dio Pancho Luna (1).  Animado, me atreví a preguntarle si él, como nieto de Gabino, tenía contacto con familiares de Nemesio Trejo y otros que enfrentaron a su abuelo, a lo que me respondió que no, pero que estaría bueno contactarlos a través de las redes sociales para organizar una futura reunión.

Entre tanto, todo aquel que cruzaba el umbral de la panadería Gran Gabino podía observar algunas reliquias que, de modo permanente, se van a exhibir en el interior de aquélla, como ser una fotografía original de Ezeiza, una copia fiel del Acta de Bautismo de 1858 del eximio payador, el Diploma de Honor que le otorgaron luego de haber vencido, tras memorable payada, a Pablo Vázquez en noviembre de 1894 en Pergamino, y un manuscrito original con la letra de Heroico Paysandú, entre varias cosas más.  Ese espacio con objetos pertenecientes a Gabino Ezeiza, se completaba con un banner que resumía, en grandes caracteres, la vida poética, payadoril y política del genial moreno, lo mismo la placa patrimonial que será reubicada próximamente dentro de la panificadora de la calle Azul.

Los oradores
 
El acto arrancó con un público expectante que estaba conformado por unas 25 o 30 personas, y tuvo varios oradores, siendo el primero de ellos Diego Barovero, quien destacó el compromiso político y musical de Gabino Ezeiza. Allí dijo que “animado ya con la guitarra, ya con el fusil, don Gabino siempre estuvo cerca de don Leandro Alem y de Hipólito Yrigoyen”.  En otro tramo de su oratoria, expresó: “Gabino Ezeiza no pudo ver a su líder asumir la presidencia en aquella gloriosa jornada del 12 de octubre de 1916, aunque fue su intención hacerlo, y ya enfermito quiso levantarse, vestirse y acercarse a la plaza de Mayo pero las fuerzas no le dieron.  Y sabemos por la tradición oral que don Hipólito Yrigoyen tuvo un momento de desconcentración y emoción antes de asumir cuando se enteró que había fallecido su amigo Gabino, y dijo “Pobre Gabino, él sirvió”. Hacía alusión al servicio destacado y generoso a una causa que estaba llegando a su triunfo en ese momento, que era el desafío de construir una República Constitucional y Democrática”.

Luego tocó el turno a Felicitas Luna, quien se refirió a Gabino Ezeiza como un “payador importante para el país y para el barrio”, y aplicando un revisionismo al que entiendo precioso y hasta de entrecasa, señaló que “al fallecer Gabino, el dueño del solar quiso, a su muerte y por testamento, que se reconociera al lugar como aquél donde vivió el payador”, por eso cuando se abrió una panadería en el sitio histórico se la denominó Gran Gabino.  Al mismo tiempo, Luna agradeció a las autoridades de la Comuna 10 por la iniciativa, y resaltó la importancia de la payada en el canto popular rioplatense, cuando dijo que “los payadores influenciaron a Edmundo Rivero, Osvaldo Pugliese y tantos otros, a incluso a mi padre que fue letrista”.

Seguidamente hicieron uso de la palabra Leonardo Farías, representante de la Comuna 10, y Claudio Ezeiza. Conmovido, este último sostuvo que “es emocionante transmitirle a mi hijo y a mi sobrina que acá, hace 100 años, vivió mi abuelo”.  Más adelante, revalorizó el compromiso de los payadores para decir lo que muchos callan, lo que significa, aún en el presente, jugarse por ideales nobles y altruistas, por eso bregó para que “no desaparezca el arte payadoril”.  De este modo concluía el acto y la dispersión consecuente, aunque hubo tiempo para que un guitarrero, don Damián Libertario Farías, entonara, ya en el interior de la panadería Gran Gabino, la pieza Adiós a Gabino Ezeiza de Héctor Blomberg y Enrique Maciel. Y mientras todo eso ocurría, los presentes pudieron degustar sándwiches de miga elaborados en el local que las empleadas repartían para deleite general.

Cementerio de Flores

Dos días después, el 12 de octubre, una delegación de Patricios de Vuelta de Obligado se hizo presente en el Cementerio de Flores, donde frente al nicho que guarda los restos de Gabino, se recordó el centenario de su fallecimiento.

Al acto concurrieron, el Dr. Claudio Ezeiza acompañado por su hijo Nicolás;  Sabrina Fendrik, bisnieta de Gabino; el Lic. Pablo Cirio; el Lic. Nengumbi Celestín Sukama, fundador del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (IARPIDI); los payadores José Silvio Curbelo Fernández, Juan Lalanne, David Tokar, Luis Genaro y Emanuel Gabotto; los músicos Luis Blaugen-Ballin y Daniel Medina, entre otros.

Gabino Ezeiza, payador del Plata: El pueblo no te ha olvidado porque vivís en su alma y memoria, eternizado por el rasguear de una bordona decidora y la vibrante pasión del compromiso permanente por las manifestaciones e inquietudes populares.

Por Gabriel O. Turone

Referencia

 (1) Pancho Luna fue quien inició a Gabino Ezeiza en el género de la payada. Al igual que su aprendiz, Luna era afroporteño.

 
¿Quién fue Gabino Ezeiza?
 

11 de octubre de 2016

VI Tertulia Federal de los PVO en “El Federal” de San Telmo


El martes 11 de octubre último, los Patricios de Vuelta de Obligado (PVO) han vuelto a organizar y convocar su 6ta. Tertulia Federal en el notable Bar “El Federal” de San Telmo.  A diferencia de las ediciones anteriores, la que estamos describiendo contó con tres invitados notables, a saber: el Dr. Alberto Gelly Cantilo, el Prof. Oscar Denovi y el Lic. Miguel Ángel Lentino, autoridades del prestigioso Instituto Nacional de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas” y de la Comisión Permanente de Homenaje a Facundo Quiroga, ambas de Buenos Aires. También estuvo presente el coronel mayor Luis Hilario Lagos, bisnieto del prócer.

Los tres expositores se encargaron, a lo largo de la jornada, de contar la historia del Instituto Rosas, entidad que nació el 8 de agosto de 1938 a instancias de la inquietud manifestada por numerosos historiadores que, deseosos de empezar a mencionar la etapa suprimida de la Confederación Argentina, decidieron erigir una institución que todavía hoy sigue siendo ejemplar.  En ese sentido, Gelly Cantilo comenzó explicando a los contertulios que nada, ninguna motivación podía hacerse efectiva en el campo de la revisión histórica sin contemplar la obra del Dr. Adolfo Saldías, quien siendo funcionario de Mitre –éste, un enconado enemigo de Rosas- no podía entender que al hablarse sobre historia argentina se omitiera un período de casi treinta años, es decir, el período en que gobernó Juan Manuel de Rosas.
 
De ese esfuerzo primitivo, el cual consistió en consultar, primero, a los antiguos funcionarios del Restaurador de las Leyes, y, más tarde, seguir los rastros de la documentación de su gobierno que estaban en poder de su hija, doña Manuela Rosas Terrero, en Londres, es que nace en nuestro país la corriente historiográfica del revisionismo histórico. Vale decir, de un esfuerzo titánico hecho por Saldías que salió al cruce de aquella historia cargada de figurines broncíneos, intocables, con que luego se adoctrinó a los argentinos en las escuelas públicas a modo de invariable meditación acerca de nuestro devenir.  Adolfo Saldías, pues, como piedra angular de todo lo que vino más tarde –continuaron diciendo Gelly Cantilo, Denovi y Lentino-, permitió periódicas reacciones de escritores, historiadores, políticos y abogados para la edición de publicaciones (libros, periódicos y conferencias) a fin de esclarecer las conciencias nacionales. Primero fueron Manuel Bilbao, el mismo José Hernández quien salió a revalorizar al “Chacho” Peñaloza tras su bárbara ejecución, Vicente y Ernesto Quesada, y así hasta llegar a una obra trascendental: Juan Manuel de Rosas. Su Vida, su Dramas su Tiempo, escrita en 1930 por Carlos Ibarguren. Y más adelante, los invitados a la Tertulia Federal mencionaron la etapa de la institucionalización, es decir, la de comenzar a crear organismos donde acudan esos intelectuales de fuste, mencionando al Centro de Estudios Federalistas de Santa Fe en 1938 (existió hasta 1943) y el Instituto de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas” en la fecha antes mencionada.

Al mencionar los nombres de quienes pasaron a formar parte del Instituto Rosas y su Comisión Directiva, Gelly Cantilo demostró a los asistentes la enorme trascendencia que le cupo al organismo en sus casi 80 años de predicamento nacional. No se puede soslayar los aportes que dio el Instituto Rosas a la fundamentación de nuestra existencia, a la exacta apreciación de nuestro ser nacional, de su cultura y de sus tradiciones, motivos más que suficientes para que los invitados señalaran las dificultades y los escollos por los que tuvieron que pasar ante cada golpe de Estado urdido a lo largo del siglo XX.  Así, de resultas, tanto en 1955, como en 1966 y 1976, el Instituto Rosas debió mudar sus oficinas por temor a la persecución político-ideológica a que estaba expuesta, pese a lo cual no menguó el entusiasmo de los que redescubrían, merced a su actitud investigativa, las verdaderas esencias de la argentinidad. No obstante, siempre se estuvo a un paso de la disolución, algo que fue evitado por la tenacidad manifiesta de algunos directivos, tal como ocurrió con Alberto Contreras quien “en una mesa del Café Tortoni hacía, durante algún tiempo, las reuniones del Instituto Rosas. Es como si nosotros estuviéramos acá (en “El Federal” de San Telmo) con una mesa. Acá todavía estamos en un ámbito más reservado, ahí era una mesa más. Pero era una mesa donde iba todo el mundo, y Contreras se quedaba horas y horas, y venía gente y cambiaban.  Entonces, el Instituto Rosas era en ese momento la mesa del Tortoni.  Este Contreras tenía en un maletín la ficha de los socios y lo tenía que llevar así porque sino era un peligro el que se descubra quiénes pertenecían al Instituto”, se explayó Gelly Cantilo refiriéndose a la situación académica antes de 1983.
 
Finalmente, fue el brigadier French quien reemplaza a Alberto Contreras “y pide que el Instituto se organice mejor que como lo venía haciendo hasta entonces. Por eso “French alquila unas oficinas en la calle Hipólito Yrigoyen 788, donde ahí empezó a funcionar el Instituto Rosas. Además lo convierte en una asociación sin fines de lucro, porque hasta ese momento era una simple asociación”, continuó diciendo Gelly Cantilo mientras contertulios e invitados apuraban unas aceitunas y se servían apetitosas fetas de queso roquefort.  Los invitados ponderaron la figura de Carlos French, “quien había sido edecán del general Perón y su piloto personal, a la vez que agregado aeronáutico en Inglaterra”, pero además porque fue quien logró organizar y levantar al Instituto Rosas luego de tantas bofetadas y altibajos que tuvo a lo largo de los años y las intervenciones que padeció. Presidió el Instituto por durante diez años “donde hizo prácticamente de todo”, acotaron los notables de esta sexta Tertulia Federal.

Uno de los asistentes a la Tertulia, Gabriel Turone, acotó que “la mayoría de las placas de bronce que uno ve colocadas en lugares históricos fueron muchas del año 93 o 95 cuando estaba Carlos French. Me acuerdo de Las Higueritas, donde fue el primer saladero de Rosas en Quilmes, en la Hacienda de Figueroa, etc”, a lo que asintieron las tres personalidades que nos instruían con su interesante relato.  Y ya que se hablaba de placas, nos recordaba Gelly Cantilo que “cuando se crea el Instituto Rosas en 1938 lo primero que hacen es colocar placas en tres lugares: una, en Navarro donde lo fusilaron a Dorrego; otra, en Martín García como homenaje a Jerónimo Costa; y la tercera, como bien dice Oscar Denovi, en la Vuelta de Obligado”. En aquella época “ir a Obligado ¡era una locura!”, agregó Denovi.  Se recordó, también, lo conflictivo que resultaba homenajear a los próceres federales desde la caída de Rosas y hasta bien entrados los años 70 del siglo XX, por eso recordó Gelly Cantilo el episodio donde simpatizantes y familiares de Rosas pretendieron homenajearlo a su muerte, en 1877, haciendo una misa en la Catedral que por el enardecimiento de los unitarios y liberales no se pudo concretar. Hecatombe que casi termina con el derribamiento de la estatua que yace en la cúspide de la bóveda de Juan Facundo Quiroga en La Recoleta.

Esto motivó, que la familia de Quiroga colocase de forma vertical el ataúd del caudillo riojano para que, en caso de una profanación, los profanadores no encontraran el cuerpo y lo hagan desaparecer. “Fue por eso –decía Gelly Cantilo-, que nosotros con Denovi bajamos una vez a la tumba; aparentemente empezamos a buscar y resulta que no estaba el ataúd de Quiroga. Entonces dijimos, ‘bueno, dónde puede estar, qué pasó’. Pensábamos que por ahí está parado detrás de alguna de las cuatro paredes. Pero, claro, ¿cómo hacíamos? Había que romper todo. Entonces, a Oscar (Denovi) se le ocurre ‘vamos a conseguir un georadar’, que es un aparato con el cual se puede averiguar si hay algún hueco detrás de una pared. Conseguimos en Energía Atómica el georadar y empezamos a buscar, y, de repente, sonaba como un hueco. Y dijimos ‘bueno, será acá’. Pero no podíamos romper la pared. Entonces pensamos que lo mejor sería romper en la parte de arriba un pedacito para espiar, y efectivamente había un hueco. Luego empezamos abajo, y había un hueco. Lo abrimos más y, efectivamente, encontramos el ataúd que estaba de pie”.

El relato de este episodio, dio pie a Miguel Lentino para explicar algunas otras situaciones que guardan relación con el sepulcro de Juan Facundo Quiroga, algo que dio el marco ideal para que los PVO, a través de Oscar Turone, su Secretario, le donaran a la Comisión Permanente de Homenaje a Facundo Quiroga una réplica de la bandera con la leyenda “Religión o Muerte” y las calaveras con las tibias cruzada que enarbolara el caudillo riojano en la batalla de El Tala (1826).

La charla continuó con la recordación de otros académicos que pasaron por el Instituto Rosas, tal el caso de Francisco Hipólito Uzal, “que era radical, tenía un comité radical y que fue diputado nacional en la época de Frondizi”, algo que marca la pluralidad buena que tuvo el Instituto a lo largo de la historia en pos de la clarificación histórica.
 
En un momento, el Cnl My (R) Luis Hilario Lagos, que asistió a la Tertulia Federal, expresó que “yo creo que acá, en nuestro país, hay dos instituciones u organizaciones, como ser el Instituto Rosas y los Patricios de Vuelta de Obligado, que vienen desplegando una labor meritoria por la historia y por el homenaje que hacen a personajes olvidados de ella, porque noto también que así como se han logrado cosas, también la lucha fue aflojando y hoy se encuentra prácticamente parado ese vigor”. Ese es el motivo de las Tertulias Federales, volver a vernos las caras, opinar, observar nuestras gestualidades, intercambiar pareceres, revivir la Patria Histórica.
 
Todos los contertulios le dedicaron un unánime aplauso a los invitados notables que engalanaron esta nueva Tertulia Federal. La trastienda, como siempre ocurre, abundó en pequeñas charlas cargadas de comidillas que hacen a la delicia del curioso y furtivo enamorado de la historia, ciencia que nos permite vislumbrar cuestiones elementales de nuestro ser, de nuestro entorno y de nuestro fundamento aquí en la Tierra.
           
Bendita sea la historia, pues, y quienes se abocan a su cultivo.
 
Por eso…
¡Tertulias Federales, un rato dedicado a los temas que nos unen con la Patria Vieja!


¡¡¡ATENTOS, CONTERTULIOS… QUE YA LLEGA LA 7ma. TERTULIA FEDERAL!!!    

10 de octubre de 2016

INVITACION
Adhiere Patricios de Vuelta de Obligado
 
 
 

1 de octubre de 2016

RELEVO DE GUARDIA DE HONOR EN LA CASA DE GOBIERNO


El sábado 1º.de octubre de 2016 los Patricios de Vuelta de Obligado (PVO) fuimos invitados a participar en la ceremonia de Relevo de la Guardia de Honor que el Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín presta en la Casa de Gobierno.

A las 17.00, y precedida por la bandera de los PVO y sus escoltas, nuestra banda de música se hizo presente en la Plaza de Mayo, ubicándose sobre la calle Balcarce, frente mismo a la Casa Rosada, momento en el cual Horacio Formica, el locutor oficial, dio la bienvenida al numeroso público que se había congregado y presentó a los Patricios de Vuelta de Obligado y su banda.

Luego de destacar nuestros objetivos y las actividades que realizamos, Formica comentó que la banda está dirigida por el profesor Julio Clark, que sus jóvenes componentes fueron formados en la escuela de música que dirige el gran maestra Rogelio Di Pasqua, que integran la Banda Popular Infanto-Juvenil de Ramallo, cuyo origen se remonta a 1902, y que desde 2012 luce, como banda oficial de los PVO, el uniforme histórico con que el 2º.Batallón del Regimiento de Patricios hizo frente a la invasión anglo-francesa el 20 de noviembre de 1845 en el Combate de la Vuelta de Obligado.
La banda, que por su trayectoria ha sido declarada Patrimonio Cultural de su pueblo, inició su participación con una magnífica interpretación del tango La Cumparsita, que movilizó y encantó a los presentes, que no paraban de fotografiar y grabar a nuestros jóvenes músicos, cuyas edades oscilan entre los 5 (sí, 5) y 18 años.
 
Vibró luego la Plaza de Mayo con los acordes de El Uno Grande, marcha oficial del Regimiento de Infantería 1 Patricios, seguida de otras, entre las que estuvieron las llamadas Reconquista y Avenida de las Camelias, así como temas populares.
 
En tanto esto ocurría, miembros de los Patricios de Vuelta de Obligado dieron respuesta a las preguntas de la gente en relación con el origen y significado de nuestra agrupación y nuestro uniforme, repartiendo de paso un pequeño volante a través del cual se podrían conectar con nosotros y tener noticias de nuestras actividades.
 
A las 18.00, y con los acordes de la Marcha de Malvinas, hizo su ingreso sobre la calle Balcarce la Fanfarria Alto Perú del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín y dos gallardas secciones de desfile, representando a la guardia saliente y la guardia entrante, procediéndose seguidamente al tradicional cambio de guardia, en el que un escuadrón del regimiento cede a otro del mismo el honor de custodiar la Casa Rosada y la investidura presidencial.
 
Seguidamente resonó la Marcha de San Lorenzo, entonada con emoción por todos los presentes, uniformados o no, luego de lo cual se procedió a arriar el pabellón nacional en el mástil ubicado junto a la estatua del general don Manuel Belgrano, y se dio fin con ello al acto.
 
Hermoso, conmovedor y patriótico. Para los PVO fue todo un honor el estar presentes.