Personería Jurídica - Resolución I. G. J. Nº 0001744 del 8 de noviembre de 2011

22 de septiembre de 2016

13 de septiembre de 2016

V Tertulia Federal de los PVO en “El Federal” de San Telmo


Como recordarán, nuestras Tertulias Federales (ésta fue la quinta) tienen lugar los segundos martes de cada mes, que en este septiembre cayó en 13, sí, martes 13, para muchos sinónimo de mala suerte, pero igual nos animamos y nos reunimos, una vez más, en el emblemático Bar El Federal, ubicado en el muy porteño y tradicional barrio que todos conocemos como San Telmo, recordando a San Pedro González Telmo, fraile español que luego de canonizado fue reconocido como patrono de la gente de mar. Como podrán apreciar seguidamente, no nos fue nada mal en este martes 13.
 
Esta vez, contó el evento con un invitado notable proveniente del ámbito militar: el Cnl My (R) Luis Hilario Lagos, biznieto del legendario y probado federal, general Hilario Lagos, de intachable foja y honorabilidad en la defensa soberana de la Santa Federación.

Al erigirse como el tema central de la Tertulia Federal, el militar retirado expresó: “Provengo de una familia que perdió”, pero que, no obstante, sus descendientes continúan abrazando aquel ideal derrotado pero tan profundamente arraigado en la memoria y el alma del pueblo argentino.
 
Expuso don Luis Hilario Lagos, a su vez, una brillante charla que, acomodada cronológicamente, se desarrolló durante hora y media, y que estaba destinada a trazar un semblante preciso, didáctico y conmovedor de su glorioso antepasado. Y no solamente ubicó en tiempo y espacio las numerosas batallas en las que tomó parte el general Lagos, sino que también precisó detalles que, aunque pequeños en información, sirven muchísimo para acercarnos al prócer. Dada la cantidad de luchas emprendidas, Adolfo Saldías, el padre del revisionismo histórico vernáculo, lo consideró a Lagos "la primera lanza de la caballería federal". Peleador nato, el bisabuelo de nuestro notable contertulio recibió múltiples heridas, por eso dijo su descendiente: “Si ven algún retrato de Hilario Lagos, él tiene una cicatriz en uno de sus pómulos, que algunos dicen que recibió durante la Campaña al Desierto. En esa acción, él lo hiere al indio, lo baja del caballo y lo toma prisionero”.
 
En 1838, continuó diciendo Luis Hilario Lagos, su bisabuelo finalizó sus contiendas con los indios al defender el sur de la Provincia de Santa Fe, “en donde los indios ranqueles estaban haciendo los malones y masacrando gente, quemando estancias y robando ganado”. En esta brillante acción, conocida como Batalla de Loreto, Hilario Lagos, como jefe del Departamento Norte de aquella provincia, “concurre con 500 hombres (y) derrota a los indios, los persigue y rescata a los cautivos”. Aclaración: los maloneros conformaban 2 mil lanzas. En mérito a ello, su biznieto trajo una medalla de oro que le dieron a su bisabuelo, reliquia que estaba enmarcada junto a otras tres medallas más, todas de plata, y que llevó a "El Federal" para deleite de los contertulios. La sorpresa y el interés fueron mayúsculos
 
La charla ofrecida era didáctica, y por momentos se tornó hasta zigzagueante, dado que los interesados participantes pidieron detalles acerca de episodios de la vida de Hilario Lagos que, mayormente, provienen de sus extensas lecturas y análisis de la historia política nacional. Por eso mismo, el coronel mayor Lagos llegó a decir que “Los responsables de la guerra civil, del enfrentamiento sangriento (a partir de 1828), fueron los unitarios que empiezan fusilándolo a Dorrego, matando a otros jefes federales”, agregando que después sobrevino la consabida réplica a manos de Rosas.
 
Nos contó que su rama familiar viene de los Lagos procedentes de La Coruña, y que el padre del general Hilario Lagos se ganaba la vida atendiendo una pulpería. También comentó sobre la traición del general Ángel Pacheco en las vísperas de la Batalla de Caseros (3 de febrero de 1852), al obviar las alertas que emitía Lagos para atacar y detener a las fuerzas de Urquiza tanto en el cruce del río Paraná como cuando cruzaran el arroyo del Medio. Por eso, el biznieto del general Lagos, expresó: “Si ustedes leen todos los antecedentes de la Batalla de Caseros, cuando Urquiza viene avanzando Lagos le decía a Pacheco "ataquémoslo, ataquémoslo cuando esté cruzando el río Paraná". Y Pacheco le contestaba: "No, retírese". Lagos insistía de nuevo: "Cuando Urquiza cruce el Arroyo del Medio los atacamos", y Pacheco "no, retírese". Y Lagos a todo esto empieza a sospechar. Y también en Saldías releía que Gerónimo Costa decía "guarda con Pacheco’" pero Rosas le contestaba "no, yo confío en él".  Rosas se engañó, a lo mejor porque estaba cansado o porque ya no manejaba con la misma sabiduría la cosa, pero siguió confiando en Pacheco, que estaba en tratativas con Urquiza”. Para peor, “el día anterior a Caseros, Ángel Pacheco se va a su estancia de El Talar, por lo que la traición queda consumada”.
 
Luego, ya avanzada la Tertulia, las opiniones discurrieron de un lado a otro cuando se comparó la capacidad estratégica militar de un San Martín con respecto a la de Rosas, llegándose a verter opiniones también sobre la condición militar de Simón Bolívar. En un momento, el invitado notable de la Tertulia Federal soltó: “San Martín era mejor organizador. El cruce de la Cordillera de San Martín se hizo en 18 días; Bolívar cruzó la Cordillera en tres meses, porque inició su marcha en la selva tropical con mosquitos, enfermedades, etc., empezó a subir, llegó del otro lado y combatió en Boyacá. Por ahí libró 100 batallas. San Martín tres batallas nomás. Punto. Bolívar perdía, volvía, se escapaba, volvía, y así”. Hasta en la polémica se filtró la polémica figura de Bartolomé Mitre, “quien se impone después de Pavón y hace al país a su imagen y semejanza. Esa Argentina que sigue después de las guerras civiles es la de Mitre. Hasta la historia está hecha por Mitre”, afirmó con pesar el coronel mayor Lagos.

Por último, Luis Hilario Lagos dio algunos detalles que remarcan la figura de Justo José de Urquiza como la de un perfecto sanguinario perverso, pues no trepidó en medios para hacer sufrir y eliminar al enemigo, como el caso de los 300 hombres que conformaron el sublevado Regimiento del coronel unitario Pedro Aquino (“los mataban de a quince o veinte por día y los iban colgando en los árboles de Palermo”), o lo que hizo con el heroico coronel Martiniano Chilavert, o el caso de Martín de Santa Coloma, a quien ordenó decapitar por la nuca, y con un cuchillo desafilado.
 
Algo más adelante, Luis Hilario Lagos expresó que “Quince días después de Caseros, sabiendo Urquiza que Lagos estaba en un barco, le envía los pasaportes y lo manda llamar. Porque Urquiza lo apreciaba a Lagos, por eso lo había dejado ir después de la batalla”. Y en la revolución del 11 de septiembre de 1852, los porteños unitarios lo invitan a unirse a sus filas con el propósito de escindir Buenos Aires del resto de la Confederación, lo que no es aceptado por Hilario Lagos, que entonces cumplía funciones de frontera. Ante la revolución, es que Lagos decide sitiar Buenos Aires para restituirla al resto del país. “O sea, que como muchos otros federales, habiéndolo enfrentado en Caseros, ahora se aglutinan con Urquiza en contra de los liberales de Buenos Aires”, terminó diciendo Luis Lagos. “El Sitio termina fracasando porque Buenos Aires tenía plata, porque tenía la aduana, el puerto. Hay varios combates y la cosa estaba medio indecisa, pero en el cerco por agua una ciudad se pierde, cae. Entonces, dijeron ‘vamos a comprar la Escuadra sitiadora’, y Buenos Aires entra en tratativas con el almirante Coe. Éste libera el puerto y el sitio empieza a decaer”. Sin embargo, a pesar de lo que muchos creen, “esa fue la hora más gloriosa de Hilario Lagos”, porque mientras se daba lugar al sitio “en el interín empezó a sesionar, después de Caseros, la Asamblea o Congreso Constituyente, y ahí están los méritos de Rosas, porque él ya había unificado al país, había logrado previamente la unidad nacional. Rosas se va después de Caseros pero el país queda armado. Urquiza todo lo que tenía que hacer era invitar a los gobernadores”.

Por la variedad de temas tocados, la quinta edición de las Tertulias Federales organizadas por PVO estuvo a la altura del invitado y dejó una agradable impresión en quienes lo acompañaron. Podría decirse que, por la riqueza desplegada, fue una de las mejores realizadas hasta el momento.

Sobre el final, Gabriel Turone, en su rol de vicepresidente de PVO, puntualizó dos notas de color sobre el reivindicado general Hilario Lagos, a saber: su condición de criador de gallos de riña, afición que compartía con el general Ángel Pacheco (“por lo menos, se dice tenían una variedad de seis o siete razas de gallos de riña”, enfatizó Turone) , y la de ser el fundador del periodismo en el pueblo de San José de Flores –hoy barrio de Flores-, a través de El Argentino Federal, diario que se editó entre 1852 y 1853, y que resumía las acciones de los sitiadores de Buenos Aires a la vez que contenía anuncios de comercios y otras noticias. “Rómulo Carbia, el primero que va a escribir sobre la historia de Flores, comete un error al decir que el primer periódico que tuvo ese lugar fue El Pueblo, fundado en 1873”, rectificó Turone ya cerrando la V Tertulia Federal.
 
Muy acotado por el tiempo, y como efemérides evocativa, apenas si se pudo mencionar que en el mes de septiembre se conmemoran los 210 años de la creación del Regimiento de Infantería I ‘Patricios’, en relación con lo cual Gabriel Turone planteó como tema el si ya en 1806 existía la patria, o si ésta se origina a partir del 25 de mayo de 1810, debate para nada acotado y que genera teorías diversas e interpretaciones que fluyeron en la noche tertuliana. Y para no irritar las gargantas, que tras casi una hora y media de charla histórica y revisionista bien podían estar pidiendo socorro, entre sorbo y sorbo de cafés, cortados y cervezas el respetuoso análisis del devenir patrio siguió abriéndose camino a sus anchas-

Y, por favor, no lo olviden: ¡¡Ya estamos palpitando la VI Tertulia Federal, la del mes de octubre!!

V Tertulia Federal de los PVO en “El Federal” de San Telmo


Un día que, según la superstición, puede ser sinónimo de mala suerte, como cualquier martes 13, fue escogido por los Patricios de Vuelta de Obligado (PVO) para llevar a cabo su tradicional Tertulia Federal, la número 5 desde que fue lanzada por la entidad tan curiosa actividad en el mes de abril del corriente año 2016. Como desde aquella primera versión, la 5ta. fue realiza en el emblemático Bar “El Federal” de San Pedro Telmo.
 
Esta vez, contó el evento con un invitado notable proveniente del ámbito militar: el Cnl My (R) Luis Hilario Lagos, biznieto del legendario y probado federal, general Hilario Lagos, de intachable foja y honorabilidad en la defensa soberana de la Santa Federación.

Al erigirse como el tema central de la Tertulia Federal, el militar retirado expresó: “Provengo de una familia que perdió”, pero que, no obstante, sus descendientes continúan abrazando aquel ideal derrotado pero tan profundamente arraigado en la memoria y el alma del pueblo argentino.
 
Expuso don Luis Hilario Lagos, a su vez, una brillante charla que, acomodada cronológicamente, se desarrolló por durante hora y media, y que estaba destinada a trazar un semblante preciso, didáctico y conmovedor de su glorioso antepasado. Y no solamente ubicó en tiempo y espacio las numerosas batallas en las que tomó parte el general Lagos, sino que también precisó detalles que, aunque pequeños en información, sirven muchísimo para acercarnos al prócer. Dada la cantidad de luchas emprendidas, Adolfo Saldías, el padre del revisionismo histórico vernáculo, “lo consideró a Lagos ‘la primera lanza de la caballería federal’. Peleador nato, el bisabuelo de nuestro notable contertulio recibió múltiples heridas, por eso dijo su descendiente: “Si ven algún retrato de Hilario Lagos, él tiene una cicatriz en uno de sus pómulos, que algunos dicen que fue hecho durante la Campaña al Desierto. En esa acción, él lo hiere al indio, lo baja del caballo y lo toma prisionero”.
 
En 1838, continuó diciendo Luis Hilario Lagos, su bisabuelo finalizó sus contiendas con los indios al defender el sur de la Provincia de Santa Fe, “en donde los indios ranqueles estaban haciendo los malones y masacrando gente, quemando estancias y robando ganado”. Esta acción, conocida como Batalla de Loreto, consistió en una hazaña en la que Hilario Lagos, como jefe del Departamento Norte de aquella provincia, “concurre con 500 hombres (y) derrota a los indios, los persigue y rescata a los cautivos”. Aclaración: los maloneros conformaban 2 mil lanzas. En mérito a ello, su biznieto trajo una medalla de oro que le dieron a su bisabuelo, reliquia que estaba enmarcada junto a otras tres medallas más, todas de plata, y que llevó a "El Federal" para expectación de los contertulios. La sorpresa y admiración fue mayúscula.
 
La charla ofrecida era didáctica, y por momentos se tornó hasta zigzagueante, pues también los participantes podían detallar o preguntar sobre episodios de la vida de Hilario Lagos que, mayormente, provienen de sus extensas lecturas y análisis de la historia política nacional. Por eso mismo, el coronel mayor Lagos llegó a decir que “Los responsables de la guerra civil, del enfrentamiento sangriento (a partir de 1828) fueron los unitarios que empiezan fusilándolo a Dorrego, matando a otros jefes federales”, agregando que después sobrevino la consabida réplica a manos de Rosas.
 
También dijo descender de los Lagos procedentes de La Coruña, y que el padre del general Hilario Lagos ganaba su vida atendiendo una pulpería. También comentó sobre la traición del general Ángel Pacheco en las vísperas de la Batalla de Caseros (3 de febrero de 1852), al obviar las alertas que emitía Lagos para atacar a las fuerzas de Urquiza tanto en el cruce del río Paraná como cuando cruzaran el arroyo del Medio. Por eso, el biznieto del general Lagos, expresó: “Si ustedes leen todos los antecedentes de la Batalla de Caseros, cuando Urquiza viene avanzando Lagos le decía a Pacheco ‘ataquémoslo, ataquémoslo cuando esté cruzando el río Paraná’. Y Pacheco le contestaba: ‘No, retírese’. Lagos insistía de nuevo: ‘Cuando Urquiza cruce el Arroyo del Medio los atacamos’, y Pacheco ‘no, retírese’. Y Lagos a todo esto empieza a sospechar. Y también en Saldías releía que Gerónimo Costa decía ‘guarda con Pacheco’, pero Rosas le contestaba ‘no, yo confío en él’. Rosas se engañó, a lo mejor porque estaba cansado o porque ya no manejaba con la misma sabiduría la cosa, pero siguió confiando en Pacheco que estaba en tratativas con Urquiza”. Para peor, “el día anterior a Caseros, Ángel Pacheco se va a su estancia de El Talar, por lo que la traición queda consumada”.
 
Luego, en un momento, las opiniones discurrieron de un lado a otro cuando se comparó la capacidad estratégica militar de un San Martín con respecto a la de Rosas, llegándose a verter opiniones también sobre la condición militar de Simón Bolívar. En un momento, el invitado notable de la Tertulia Federal soltó: “San Martín era mejor organizador. El cruce de la Cordillera de San Martín se hizo en 18 días; Bolívar cruzó la Cordillera en tres meses, porque inició su marcha en la selva tropical con mosquitos, enfermedades, etc., empezó a subir, llegó del otro lado y combatió en Boyacá. Por ahí libró 100 batallas. San Martín tres batallas nomás. Punto. Bolívar perdía, volvía, se escapaba, volvía, y así”. Hasta en la polémica se filtró la polémica figura de Bartolomé Mitre, “quien se impone después de Pavón y hace al país a su imagen y semejanza. Es la Argentina que sigue después de las guerras civiles es la de Mitre. Hasta la historia está hecha por Mitre”, afirmó con pesar el coronel mayor Lagos.

Por último, Luis Hilario Lagos dio algunos detalles que enmarcan la figura de Justo José de Urquiza como la de un perfecto sanguinario perverso, pues no trepidó en medios para hacer sufrir y eliminar al enemigo, como el caso de los 300 hombres que conformaron el sublevado Regimiento del coronel unitario Pedro Aquino (“los mataban de a quince o veinte por día y los iban colgando en los árboles de Palermo”), o sino como los ejemplos del coronel Martiniano Chilavert o el de Martín de Santa Coloma –a quien ordenaron decapitarlo por la nuca y con un cuchillo desafilado-.
 
Poco más adelante, Luis Hilario Lagos expresó que “Después de Caseros, quince días después, sabiendo que estaba Lagos en un barco, Urquiza le envía los pasaportes y lo manda llamar. Porque Urquiza lo apreciaba a Lagos, por eso lo había dejado ir después de la batalla”. Y en la revolución del 11 de septiembre de 1852, los porteños unitarios lo invitan para unírsele a sus filas con el propósito de escindir Buenos Aires del resto de la Confederación, lo que no es aceptado por Hilario Lagos, que entonces cumplía funciones de frontera. Ante la revolución, es que Lagos decide sitiar Buenos Aires para restituirla al resto del país. “O sea, que como muchos otros federales, habiéndolo enfrentado en Caseros, ahora se aglutinan con Urquiza en contra de los liberales de Buenos Aires”, terminó diciendo Luis Lagos. “El Sitio termina fracasando porque Buenos Aires tenía plata, porque tenía la aduana, el puerto. Hay varios combates y la cosa estaba medio indecisa, pero en el cerco por agua una ciudad se pierde, cae. Entonces, dijeron ‘vamos a comprar la Escuadra sitiadora’, y Buenos Aires entra en tratativas con el almirante Coe. Éste libera el puerto y el sitio empieza a decaer”. Sin embargo, a pesar de lo que muchos creen, “esa fue la hora más gloriosa de Hilario Lagos”, porque mientras se daba lugar al sitio “en el interín empezó a sesionar, después de Caseros, la Asamblea o Congreso Constituyente, y ahí están los méritos de Rosas, porque él ya había unificado al país, había logrado previamente la unidad nacional. Rosas se va después de Caseros pero el país queda armado. Urquiza todo lo que tenía que hacer era invitar a los gobernadores”.

Por la variedad de temas tocados, la quinta edición de las Tertulias Federales organizadas por PVO estuvo a la altura del invitado y dejó una agradable impresión en quienes lo acompañaron. Podría decirse que, por la riqueza desplegada, fue una de las mejores realizadas hasta el momento.

Sobre el final, Gabriel Turone, en su rol de vicepresidente de PVO, puntualizó dos notas de color sobre el reivindicado general Hilario Lagos, a saber: su condición de criador de gallos de riña, afición que compartía con el general Ángel Pacheco (“por lo menos, se dice tenían una variedad de seis o siete razas de gallos de riña”, enfatizó Turone) , y la de ser el fundador del periodismo en el pueblo –hoy barrio porteño- San José de Flores, a través de El Argentino Federal, diario que se editó entre 1852 y 1853, y que resumía las acciones de los sitiadores de Buenos Aires a la vez que contenía anuncios de comercios y otras noticias. “Rómulo Carbia, el primero que va a escribir sobre la historia de Flores, comete un error al decir que el primer periódico que tuvo ese lugar fue El Pueblo, fundado en 1873”, rectificó Turone ya cerrando la V Tertulia Federal.
 
Muy acotado por el tiempo, y como efemérides evocativa, apenas sí se pudo insinuar que en el mes de septiembre se conmemoran los 210 años de la creación del Regimiento de Infantería I ‘Patricios’, ante lo cual Turone trajo a colación si ya en 1806 existía la patria, o si ésta se origina a partir del 25 de mayo de 1810, debate para nada acotado y que genera teorías diversas e interpretaciones que fluyeron en la noche santelmense. Y para no irritar las gargantas, que tras casi una hora y media de charla histórica y revisionista bien podían estar pidiendo socorro, los contertulios se pidieron cafés, cortados o cervezas, mientras, entre sorbo y sorbo, el devenir patrio se iba abriendo camino a sus anchas.

Y, por favor, no lo olviden: ¡¡Ya estamos palpitando la VI Tertulia Federal, la del mes de octubre!!

V Tertulia Federal de los PVO en “El Federal” de San Telmo


Un día que, según la superstición, puede ser sinónimo de mala suerte, como cualquier martes 13, fue escogido por los Patricios de Vuelta de Obligado (PVO) para llevar a cabo su tradicional Tertulia Federal, la número 5 desde que fue lanzada por la entidad tan curiosa actividad en el mes de abril del corriente año 2016. Como desde aquella primera versión, la 5ta. Fue realiza en el emblemático Bar “El Federal” de San Pedro Telmo.
 
Esta vez, contó el evento con un invitado notable proveniente del ámbito militar: el Cnl My (R) Luis Hilario Lagos, biznieto del legendario y probado federal, general Hilario Lagos, de intachable foja y honorabilidad en la defensa soberana de la Santa Federación.

Al erigirse como el tema central de la Tertulia Federal, el militar retirado expresó: “Provengo de una familia que perdió”, pero que, no obstante, sus descendientes continúan abrazando aquel ideal derrotado pero tan profundamente arraigado en la memoria y el alma del pueblo argentino.
 
Expuso don Luis Hilario Lagos, a su vez, una brillante charla que, acomodada cronológicamente, se desarrolló por durante hora y media, y que estaba destinada a trazar un semblante preciso, didáctico y conmovedor de su glorioso antepasado. Y no solamente ubicó en tiempo y espacio las numerosas batallas en las que tomó parte el general Lagos, sino que también precisó detalles que, aunque pequeños en información, sirven muchísimo para acercarnos al prócer. Dada la cantidad de luchas emprendidas, Adolfo Saldías, el padre del revisionismo histórico vernáculo, “lo consideró a Lagos ‘la primera lanza de la caballería federal’. Peleador nato, el bisabuelo de nuestro notable contertulio recibió múltiples heridas, por eso dijo su descendiente: “Si ven algún retrato de Hilario Lagos, él tiene una cicatriz en uno de sus pómulos, que algunos dicen que fue hecho durante la Campaña al Desierto. En esa acción, él lo hiere al indio, lo baja del caballo y lo toma prisionero”.
 
En 1838, continuó diciendo Luis Hilario Lagos, su bisabuelo finalizó sus contiendas con los indios al defender el sur de la Provincia de Santa Fe, “en donde los indios ranqueles estaban haciendo los malones y masacrando gente, quemando estancias y robando ganado”. Esta acción, conocida como Batalla de Loreto, consistió en una hazaña en la que Hilario Lagos, como jefe del Departamento Norte de aquella provincia, “concurre con 500 hombres (y) derrota a los indios, los persigue y rescata a los cautivos”. Aclaración: los maloneros conformaban 2 mil lanzas. En mérito a ello, su biznieto trajo una medalla de oro que le dieron a su bisabuelo, reliquia que estaba enmarcada junto a otras tres medallas más, todas de plata, y que llevó a "El Federal" para expectación de los contertulios. La sorpresa y admiración fue mayúscula.
 
La charla ofrecida era didáctica, y por momentos se tornó hasta zigzagueante, pues también los participantes podían detallar o preguntar sobre episodios de la vida de Hilario Lagos que, mayormente, provienen de sus extensas lecturas y análisis de la historia política nacional. Por eso mismo, el coronel mayor Lagos llegó a decir que “Los responsables de la guerra civil, del enfrentamiento sangriento (a partir de 1828) fueron los unitarios que empiezan fusilándolo a Dorrego, matando a otros jefes federales”, agregando que después sobrevino la consabida réplica a manos de Rosas.
 
También dijo proceder de los Lagos procedentes de La Coruña, y que el padre del general Hilario Lagos ganaba su vida atendiendo una pulpería. También comentó sobre la traición del general Ángel Pacheco en las vísperas de la Batalla de Caseros (3 de febrero de 1852), al obviar las alertas que emitía Lagos para atacar a las fuerzas de Urquiza tanto en el cruce del río Paraná como cuando cruzaran el arroyo del Medio. Por eso, el biznieto del general Lagos, expresó: “Si ustedes leen todos los antecedentes de la Batalla de Caseros, cuando Urquiza viene avanzando Lagos le decía a Pacheco ‘ataquémoslo, ataquémoslo cuando esté cruzando el río Paraná’. Y Pacheco le contestaba: ‘No, retírese’. Lagos insistía de nuevo: ‘Cuando Urquiza cruce el Arroyo del Medio los atacamos’, y Pacheco ‘no, retírese’. Y Lagos a todo esto empieza a sospechar. Y también en Saldías releía que Gerónimo Costa decía ‘guarda con Pacheco’, pero Rosas le contestaba ‘no, yo confío en él’. Rosas se engañó, a lo mejor porque estaba cansado o porque ya no manejaba con la misma sabiduría la cosa, pero siguió confiando en Pacheco que estaba en tratativas con Urquiza”. Para peor, “el día anterior a Caseros, Ángel Pacheco se va a su estancia de El Talar, por lo que la traición queda consumada”.
 
Luego, en un momento, las opiniones discurrieron de un lado a otro cuando se comparó la capacidad estratégica militar de un San Martín con respecto a la de Rosas, llegándose a verter opiniones también sobre la condición militar de Simón Bolívar. En un momento, el invitado notable de la Tertulia Federal soltó: “San Martín era mejor organizador. El cruce de la Cordillera de San Martín se hizo en 18 días; Bolívar cruzó la Cordillera en tres meses, porque inició su marcha en la selva tropical con mosquitos, enfermedades, etc., empezó a subir, llegó del otro lado y combatió en Boyacá. Por ahí libró 100 batallas. San Martín tres batallas nomás. Punto. Bolívar perdía, volvía, se escapaba, volvía, y así”. Hasta en la polémica se filtró la polémica figura de Bartolomé Mitre, “quien se impone después de Pavón y hace al país a su imagen y semejanza. Es la Argentina que sigue después de las guerras civiles es la de Mitre. Hasta la historia está hecha por Mitre”, afirmó con pesar el coronel mayor Lagos.

Por último, Luis Hilario Lagos dio algunos detalles que enmarcan la figura de Justo José de Urquiza como la de un perfecto sanguinario perverso, pues no trepidó en medios para hacer sufrir y eliminar al enemigo, como el caso de los 300 hombres que conformaron el sublevado Regimiento del coronel unitario Pedro Aquino (“los mataban de a quince o veinte por día y los iban colgando en los árboles de Palermo”), o sino como los ejemplos del coronel Martiniano Chilavert o el de Martín de Santa Coloma –a quien ordenaron decapitarlo por la nuca y con un cuchillo desafilado-.
 
Poco más adelante, Luis Hilario Lagos expresó que “Después de Caseros, quince días después, sabiendo que estaba Lagos en un barco, Urquiza le envía los pasaportes y lo manda llamar. Porque Urquiza lo apreciaba a Lagos, por eso lo había dejado ir después de la batalla”. Y en la revolución del 11 de septiembre de 1852, los porteños unitarios lo invitan para unírsele a sus filas con el propósito de escindir Buenos Aires del resto de la Confederación, lo que no es aceptado por Hilario Lagos, que entonces cumplía funciones de frontera. Ante la revolución, es que Lagos decide sitiar Buenos Aires para restituirla al resto del país. “O sea, que como muchos otros federales, habiéndolo enfrentado en Caseros, ahora se aglutinan con Urquiza en contra de los liberales de Buenos Aires”, terminó diciendo Luis Lagos. “El Sitio termina fracasando porque Buenos Aires tenía plata, porque tenía la aduana, el puerto. Hay varios combates y la cosa estaba medio indecisa, pero en el cerco por agua una ciudad se pierde, cae. Entonces, dijeron ‘vamos a comprar la Escuadra sitiadora’, y Buenos Aires entra en tratativas con el almirante Coe. Éste libera el puerto y el sitio empieza a decaer”. Sin embargo, a pesar de lo que muchos creen, “esa fue la hora más gloriosa de Hilario Lagos”, porque mientras se daba lugar al sitio “en el interín empezó a sesionar, después de Caseros, la Asamblea o Congreso Constituyente, y ahí están los méritos de Rosas, porque él ya había unificado al país, había logrado previamente la unidad nacional. Rosas se va después de Caseros pero el país queda armado. Urquiza todo lo que tenía que hacer era invitar a los gobernadores”.

Por la variedad de temas tocados, la quinta edición de las Tertulias Federales organizadas por PVO estuvo a la altura del invitado y dejó una agradable impresión en quienes lo acompañaron. Podría decirse que, por la riqueza desplegada, fue una de las mejores realizadas hasta el momento.

Sobre el final, Gabriel Turone, en su rol de vicepresidente de PVO, puntualizó dos notas de color sobre el reivindicado general Hilario Lagos, a saber: su condición de criador de gallos de riña, afición que compartía con el general Ángel Pacheco (“por lo menos, se dice tenían una variedad de seis o siete razas de gallos de riña”, enfatizó Turone) , y la de ser el fundador del periodismo en el pueblo –hoy barrio porteño- San José de Flores, a través de El Argentino Federal, diario que se editó entre 1852 y 1853, y que resumía las acciones de los sitiadores de Buenos Aires a la vez que contenía anuncios de comercios y otras noticias. “Rómulo Carbia, el primero que va a escribir sobre la historia de Flores, comete un error al decir que el primer periódico que tuvo ese lugar fue El Pueblo, fundado en 1873”, rectificó Turone ya cerrando la V Tertulia Federal.
 
Muy acotado por el tiempo, y como efemérides evocativa, apenas sí se pudo insinuar que en el mes de septiembre se conmemoran los 210 años de la creación del Regimiento de Infantería I ‘Patricios’, ante lo cual Turone trajo a colación si ya en 1806 existía la patria, o si ésta se origina a partir del 25 de mayo de 1810, debate para nada acotado y que genera teorías diversas e interpretaciones que fluyeron en la noche santelmense. Y para no irritar las gargantas, que tras casi una hora y media de charla histórica y revisionista bien podían estar pidiendo socorro, los contertulios se pidieron cafés, cortados o cervezas, mientras, entre sorbo y sorbo, el devenir patrio se iba abriendo camino a sus anchas.

Y, por favor, no lo olviden: ¡¡Ya estamos palpitando la VI Tertulia Federal, la del mes de octubre!!

10 de septiembre de 2016

Donación de Bandera al Museo Criollo de los Corrales


Hoy los Patricios de Vuelta de Obligado hemos efectuado la donación de una bandera de la Confederación Argentina al Museo Criollo de los Corrales, del barrio de Mataderos, en Buenos Aires. La misma fue recibida por su director, el Prof. Orlando W. Falco
 
El obsequio era una antigua deuda que teníamos para con este amigo de nuestra institución, de quien sabemos se trata de un gran erudito en lo referente a la historiografía argentina, amén de su activa participación en instituciones dedicadas a su estudio y del esmero que viene poniendo en la edición de varios libros que giran en torno a la historia de la República de Mataderos, de la Iglesia Católica y del Ejército Argentino.

Cuando nos despedimos, luego de platicar sobre la tradición, Rosas y pintores costumbristas,  Falco nos dijo que el pabellón de la Confederación Argentina lucirá en un sitio de honor dentro del museo que muy dignamente dirige.  Y no tenemos dudas de que así será.