El martes
8 de noviembre último, los Patricios de Vuelta de Obligado (PVO) han vuelto a
organizar y convocar su 7ma. Tertulia Federal en el notable Bar “El Federal” de
San Telmo. Coincidente con el mes donde
se llevó a cabo la Batalla de Vuelta de Obligado en 1845, los directivos de PVO
invitaron en calidad de notable al Dr. Mario “Pacho” O’Donnell para que ilustre
a los contertulios sobre tan significativo encuentro de armas que determinó,
para la posteridad, el Día de la Soberanía Nacional.
Como era
de esperarse, el salón que el Bar “El Federal” reservó exclusivamente para las
Tertulias Federales a lo largo del año 2016 estaba colmado, y tanto fue así,
que hasta se había pensado en la posibilidad de hacer la charla en un espacio
más grande del lugar. Se había dispuesto, en esta oportunidad, que los
integrantes de PVO vistiesen el uniforme histórico del 2o. Batallón de
Patricios de Buenos Aires, dándole a la escena un indiscutido marco de
telúricas reminiscencias.
O’Donnell
llegó solitario y apoyado sobre un bastón con mango de plata. Vestía saco azul,
y, en un gesto de caballerosidad, saludó uno por uno a los presentes que
esperaban sus conocimientos. Luego tomó asiento sobre una de las dos mesas
dispuestas en el centro del recinto; a su lado, hizo lo propio el
Vicepresidente de PVO, Sr. Gabriel Turone, quien, a continuación, presentó al
invitado notable. Antes de reseñar al
Dr. O’Donnell, Turone expresó que “esta es la última Tertulia Federal que
organizan los PVO en 2016, las cuales van a volver a efectuarse a partir de
marzo del próximo año”. Agradeció el entusiasmo y la perseverancia de quienes,
mes a mes, llenaron las mesas de “El Federal” para “venir a vernos las caras y,
de paso, charlar sobre historia, intercambiar opiniones y entender quiénes
somos los argentinos”. También anunció, a modo de adelanto, la aparición de su
obra Los Patricios en los tiempos de
Rosas, trabajo de investigación que hablará sobre lo actuado por el
Regimiento de Infantería I ‘Patricios’ en la época de la Federación.
“Pacho”
O’Donnell comenzó la charla esbozando algunos datos genealógicos. Así, dijo que
su apellido proviene de Irlanda, y que la rama de la cual él desciende “en 1799
se traslada hacia La Coruña. Porque los O’Donnell eran un clan muy combativo
contra los ingleses, entonces se exiliaban -cuando la situación se volvía muy
premiosa- en Galicia. Galicia era lo que estaba del otro lado del mar, además
eran celtas y católicos”. De La Coruña llega esa rama familiar al Plata
“contratada por la Universidad de Córdoba y de Buenos Aires porque habían
desarrollado un instrumento super avanzado en su tiempo, como fue el teodolito”.
Carlos
Santiago O’Donnell se casa con Francisca Mansilla, “una de las hermanas del
general Lucio N. Mansilla, el Héroe de Obligado. Así que, de alguna manera, ese
O’Donnell era concuñado de Rosas”, soltó nuestro invitado. “Tal es así
–prosiguió-, que cuando Lucio V. Mansilla escribe sus Memorias, habla de sus tíos Carlos O’Donnell y Juan Manuel de
Rosas”. La participación de la familia
O’Donnell en la historia convocante de esta Tertulia Federal, como ser la gesta
de la Vuelta de Obligado, queda patentizada cuando nuestro invitado afirma: “Sabino
O’Donnell es hijo de Carlos O’Donnell y un médico muy destacado en su momento,
y que se ofrece en la lucha por la soberanía nacional. Es el médico oficial en
la batalla y quien atiende al general Mansilla. Me emocionó ver que aún están
las ruinas del banco de Sangre que se utilizó en 1845, y que está dentro de un
campo privado”. A continuación, “Pacho”
O’Donnell contó la enorme satisfacción que tuvo cuando terminó de escribir La Gran Epopeya en 2010, libro que habla
sobre el antes, el durante y el después de la Batalla de Vuelta de Obligado, “porque
algunos libros marcan huellas; algunos libros mueren rápidamente, pasan como
brisas. Pero el libro de la Vuelta de Obligado fue un libro que marcó huella”,
dijo ante el silencio respetuoso que hacían los contertulios que se dieron
cita. Conceptos similares deslizó con su obra Juan Manuel de Rosas Rosas del año 2003, “que hasta Mariano Grondona apareció elogiando este último
libro”.
Remarcó
O’Donnell que en La Gran Epopeya intentó
reflejar el “post Obligado, porque a veces la crónica termina ahí, en 1845. O
sea, Rosas tuvo una actitud extraordinaria después de Obligado. Fue
verdaderamente muy heroica su metodología de negociación con los sucesivos y
cuasi numerosos delegados que mandaba la corona británica, para poder retirarse
de la mejor manera posible y, mejor aún, sin ‘la cola entre las patas’”. Para
consolidar tal opinión, el invitado trajo consigo la “traducción de una carta
del último delegado británico, Henry Southern, al Primer Ministro británico,
Conde de Palmerston, el 17 de diciembre de 1849”, en donde queda explícita la
posición de Rosas de no dejar avanzar la negociación “si no es dentro de lo que
Rosas quiere, lo que debe incluir la rendición clara y notoria de los británicos”.
Esto es loable, especificó O’Donnell, por cuanto la carta fue escrita cuatro
años después de las acciones de la Vuelta de Obligado. Al terminar el análisis de la carta, Turone
le preguntó “Doctor, ¿se puede decir que la de Rosas fue la mejor diplomacia
que hemos tenido en la historia?”, a lo que O’Donnell respondió que “por lo
menos, la de Rosas fue la más firme. La diplomacia de Arturo Illia fue también
bastante firme, al menos, en algunas cosas. Por eso mismo, es que en mi libro La Gran Epopeya hablo del heroísmo de la
negociación, que está en la misma línea que el heroísmo de la batalla”. La rendición de Inglaterra ante Rosas “será una rendición
franca, mientras que lo de Francia es más complicado”, sostiene O’Donnell
retomando lo de las gestiones diplomáticas de la Federación después de los
fuegos de Obligado.
Un
contertulio le pregunta al invitado notable: “Cuando hace toda la tratativa
Rosas para hacer el tratado, ¿Inglaterra cómo lo recibe en el exilio?”, a lo
que responde “Pacho” O’Donnell: “Justamente, Inglaterra lo recibe con honores.
Lord Palmerston es una figura que lo protege a Rosas. Inclusive le otorga u
ofrece una pensión que Rosas rechaza, prefiere la miseria absoluta en la que
transcurre su exilio. Pero no podría decir que hay un fair play en Inglaterra. Ésta le reconoce el mérito a Rosas. Pero
por otra parte, también, las grandes potencias tienen en reserva figuras que
han sido claves en sus países”, advierte el doctor O’Donnell al referirse
acerca de por qué Inglaterra prefirió exiliarlo al Restaurador de las Leyes en
su país en vez de seguir permitiéndole quedarse en la Confederación Argentina. En tal sentido, continuó diciendo que “los
ingleses sabían del gran predicamento que tenía Rosas, y por eso era alguien
que, por las dudas, les convenía tenerlo adentro, con ellos”. Se preguntaba el
mismo “Pacho” O’Donnell por qué se fue a Inglaterra el ex Gobernador
bonaerense, y así lo definió: “Una,
porque en Francia lo odiaban y podían haberlo fusilado. En Uruguay, sabemos el
conflicto que tenía este país. ¿Qué otros países? En Paraguay tampoco; era un
lugar poco hospitalario, además recuérdese que Rosas planeaba invadir el
Paraguay.”
“Rosas le
dijo a Gore que quería mantenerse en su casa, después de la derrota de Caseros.
Permanecer un tiempo en su casa para ver qué pasaba. Y Gore le dijo ‘mejor que
se vaya’. Así, entonces, salen de noche, muy escondidos. Ahora, sabiendo
nosotros de política, es posible que Gore supiera que de haberse quedado Rosas
hubiera una reacción popular o algo. Y Gore estaba, por esto mismo, interesado
en que Rosas se fuera lo antes posible”, añadió nuestro brillante expositor
durante la última Tertulia Federal del 2016.
Al firmarse el tratado de Paz entre Argentina y Gran Bretaña en 1849, lo
que fue, de hecho, uno de los más grandes triunfos diplomáticos de nuestra
nación en su historia, siempre quedó el sinsabor de por qué Rosas no reclamó
las islas Malvinas. Eso fue, justamente, lo que le preguntó Oscar Turone,
Secretario de PVO, a O’Donnell, quien respondió que “Es una buena pregunta.
Inglaterra no es que estaba tan vencida, y Rosas se conformaba con que le
devolvieran la Escuadra. En otra carta de Southern, muy interesante, cuenta que Rosas al inaugurar un período Legislativo se refirió a las reivindicación de las Islas Malvinas, algo que para el diplomático inglés no eran más que unas cantinelas desgastadas".
En el
último tramo de la VII Tertulia Federal, se pasó a mencionar aspectos relativos
al teniente general Julio Argentino Roca, quien “asume el gobierno como un acto
provincial. Son las provincias las que lo llevan a Roca hacia el gobierno con
enorme disgusto de Buenos Aires. Tal es así, que Roca es recibido en Buenos
Aires con el desprecio y la agresividad más grande”, afirma Mario “Pacho”
O’Donnell, para continuar diciendo que “después Roca ya se enganchará en el
juego liberal y funcionará más a favor de los intereses de la oligarquía
porteña”. En lo tocante a la Campaña al
Desierto de Julio Roca, expresó que “si tenemos en cuenta esta condición porteña
de la oligarquía, consistente en ser fundamentalmente porteños y confundir eso
con la Argentina, como si sobrara el resto de la nación, Roca, por su parte, veremos
que llegó a la presidencia con el apoyo de los gobernadores provinciales y con
el apoyo del Ejército Nacional –que estaba constituido con gente
fundamentalmente de las provincias-, y además tiene una idea extraordinaria de
la territorialidad”, en el sentido de la profunda decisión que tuvo Roca “de
ocupar la Patagonia, decisión de un tipo que está pensando en la Argentina como
un territorio, pues, ni a Sarmiento, ni a Rivadavia ni a Mitre se les hubiera
ocurrido integrar la Patagonia. Al contrario, ellos estaban tratando de
desintegrar las provincias. Roca tiene la visión de incorporar toda la
Patagonia a la Argentina. ¡Y ojo! Es un concepto territorial”.
Los
últimos minutos sirvieron para elogiar la lucha del revisionismo histórico “que
es la historia que se lee en las calles, en la gente del pueblo, y no tanto en
las academias o instituciones del Estado que suele ser la historia oficial o
liberal”. La variedad de los temas que
se tratan en las Tertulias Federales giran, desde luego, en torno a la etapa
federal y a las riquísimas vivencias que la misma dejó para los tiempos. Ese es
su eje. Pero el revisionismo, al haber puesto la lupa inquisidora en todas las
etapas del devenir histórico, permite el tratamiento de temas tanto contemporáneos
como antiguos. En ese aspecto, el revisionismo no reconoce fronteras para
aplicar sus métodos, por lo tanto, cuando se charla de historia desde una
visión revisionista la dinámica anda sola, libre, sin ataduras y con la
desvergüenza de quien puede preguntar sobre Hernandarias como del desarrollismo
de los años 60 del siglo XX, por nombrar dos momentos tan alejados como
disímiles el uno del otro.
Como es
costumbre en las Tertulias organizadas por los PVO, al Dr. O’Donnell se le
obsequió un juego de cuatro cintillos punzó, al igual que una caja con tres
pines federales, uno de los cuales tiene la marca de la hacienda de la Estancia Los
Cerrillos. Así concluyeron estos encuentros
del viejo Buenos Aires, del histórico, del que nunca morirá. Todos agradecieron
esta séptima edición de las tertulias, y preguntaron, ansiosos, por las que
vendrán. Estamos en la seguridad de que los PVO nunca decaerán en la inventiva
de sus actividades y, lógicamente, en la continuidad de las mismas. Aguardemos
tranquilos, entonces, que siempre buscarán los privilegiados momentos de la
contemplación, de la justa opinión, de la verdad que se revela ante la
serenidad y el debate de alto vuelo.