Sin duda alguna, este año 2020 que está por concluir deparó a la
humanidad entera un modo distinto de vivir y de gozar de aquellas cosas que,
hasta hace poco tiempo atrás, eran comunes y corrientes. Desde la visita a los amigos, pasear,
recrearse viendo algún espectáculo deportivo o traspasar ciertas fronteras
provinciales para internarse en algún pueblo perdido de nuestro bellísimo país
son, ahora, desempeños difíciles de llevar a cabo. O, al menos, se han vuelto un poco engorrosos
si tenemos en cuenta la portación de ciertos permisos de circulación,
protocolos y demás nimiedades que, so pena de alguna contravención, se vuelven
de obligatoria aplicación.
Decíamos, entonces, que por las circunstancias especificadas, muchas
actividades habituales se volvieron infrecuentes, lejanas, ralentizadas, pero
no imposibles de poder practicarlas aunque sea a cuentagotas. Por eso mismo, los Patricios de Vuelta de
Obligado (PVO) han sido partícipes de una de las pocas actividades en este 2020
fuera de la sede que poseen en el barrio porteño de Liniers, al presentarse con
una delegación de milicianos en la inauguración del Museo Histórico Biográfico
“Coronel Manuel Dorrego” de la localidad bonaerense de Navarro. Esto se dio cita el 13 de diciembre de 2020,
al cumplirse el 192º aniversario del fusilamiento del coronel federal Dorrego a
manos de las huestes del general unitario Juan Galo de Lavalle precisamente en
aquel mojón que se encuentra a unos 4 o 5 kilómetros del ejido de Navarro.
La invitación a tan especialísimo acto corrió pr cuenta del
Secretario de Cultura, Educación y Turismo de Navarro, Sr. Raúl Lambert, para
que los PVO se presentaran en el parque que circunda al Museo vestidos con los
uniformes del 2º Batallón de Patricios de Buenos Aires de la época de Rosas, e
incluso para que hicieran su entrada triunfal al mismo sentados en un carruaje
tirado por dos caballos y siendo conducido por el gaucho Tito Domínguez.
El acto comenzó a tempranas horas del 13 de diciembre, acompañado todo
de un clima que alternaba tímidas apariciones del sol con refrescantes brisas
de aire puro con olor a gramilla, sensaciones todas que la pandemia pareció
privarnos –sin lograrlo- infinitamente.
Enseguida, las sillas dispuestas frente al Museo y el monumento que
recuerda el lugar exacto donde Dorrego dio su último aliento antes de caer bajo
las ocho balas asesinas de los unitarios, aquel diciembre de 1828, comenzaron a
poblarse de público, autoridades, centros tradicionalistas y amantes de la
historia local. Para nombrar a algunos
de los presentes, cabe citar al flamante Intendente de Navarro, Dr. Fernando
Diz, al Secretario de Hábitat de la Nación, Lic. Santiago Maggiotti, al ya
nombrado Raúl Lambert –principal hacedor de esta notable iniciativa de
reivindicación histórica-, el historiador Dr. Antonio Salviolo, el
Subsecretario de Políticas Culturales provincial, Lic. Ezequiel Grimson, ex
intendentes y concejales del pueblo.
La delegación de los PVO, compuesta por abanderado y dos escoltas, fue invitada a subirse al centenario carruaje junto a la pareja de baile compuesta por Mirta Elizabeth Báez y Juan Carlos Díaz, miembros de PVO y directivos de la Agrupación Folklórica Nativa “El Pehual” de San Miguel, provincia de Buenos Aires.
Entonces, a la hora señalada para dar comienzo al acto de inauguración del Museo, don Tito Domínguez, con maestría sin igual, sujetó las riendas y, ante unas pocas indicaciones onomatopéyicas, hizo que los caballos empezaran su lento pero firme trajinar. El carruaje empezó a andar por la huella terrosa rodeada de eucaliptus que, en sinuoso trazado, finalizaba en el escenario donde se daba cita el evento histórico-cultural.
Una ovación recibió de pie aquella estampa inextinguible de la gauchesca, mientras la voz del locutor anunciaba al criollo conductor del carruaje, a la delegación de los PVO y a los bailarines vestidos de época. Todos colgaban vistosas divisas punzó, el señalador por excelencia de los vivas y mueras de una época sin matices que, precisamente, tuvo su recrudecimiento en el momento preciso en que se truncaba la vida de Dorrego hace 192 años atrás.
Al descender del carruaje, la delegación de los PVO se ubicó frente al monumento donde Dorrego sacrificó su existencia, a escasos metros de donde hicieron uso de la palabra, en primer término, el historiador Antonio Salviolo –quien dio una precisa y conmovedora reseña del “coronel de la plebe”- y, en segundo lugar, el funcionario provincial Grimson. Por último, el Intendente de Navarro, Fernando Diz, también fue invitado a dejar su testimonio en la inauguración del Museo. Luego, se colocó una corona de laureles en el sitial donde los PVO hicieron la guardia.
Concluidas las palabras, sobrevino un bello despliegue musical con
piezas folklóricas alusivas a la época de Dorrego y Rosas. Dos temas musicales, un Cielo y una Zamba,
vibraron en la voz del cantor local Gastón Madariaga. El primer tema interpretado, el Cielito Federal, tiene una letra que
alude al drama que sobrevino tras el fusilamiento del Gobernador Dorrego y la
terrible persecución que padecieron sus partidarios (“mejor cuidate paisano, si estabas del lado de él”, dice una
estrofa).
En cambio, la segunda pieza entonada por Madariaga, y mejor bailada
por la pareja de baile compuesta por Mirta Báez y Juan Carlos Díaz, que a todos
admiró por la elegancia y la prestancia de los movimientos y el detalle de los
trajes, se titulaba Revuelo de Ponchos
Rojo, obra del gran Roberto Rimoldi Fraga. Su letra puede interpretarse como la
continuidad del Cielito Federal,
porque ya menciona la asunción de Rosas como gobernador provincial dispuesto,
entre otras cuestiones, a vengar la muerte vil de su amigo Manuel Dorrego.
Quedaba para el final el corte de la cinta con los colores de nuestra
bandera para, de esa forma, dejar formalmente inaugurado el museo que faltaba
en nuestro país: el del coronel Manuel Críspulo Bernabé Dorrego. En cuanto al establecimiento, el mismo dispone
de numerosas piezas de la época, algunas de ellas recibidas en comodato por el
Museo Histórico Provincial “Enrique Udaondo” de Luján. Para la ocasión, y gracias al asesoramiento
prestado por el experto historiador del Ejército Argentino (EA), My (R) Sergio
Toyos, se dieron precisas indicaciones para la confección de sendos uniformes
correspondientes a la época de la muerte de Dorrego –uno de soldado de
Infantería y otro de Coraceros de Lavalle- a fin de que luzcan en un sector del
Museo. Otra pieza notable es el muñeco
en tamaño natural que representa a Manuel Dorrego apoyado sobre una mesa y en
plena redacción de una de las cartas que dirigió, instantes previos a su
crimen, a su familia, en las cuales volcó sus últimos saludos y la disposición
final de sus escasos bienes personales.
El 2020 no habrá sido el año más feliz de nuestras vidas, pero sin
embargo tuvo un cierre lleno de hermosas postales que nos ha devuelto cierta
alegría de vivir, deseo que creíamos
tardaría más tiempo en llegar. Amistades,
gauchos, campo, clima perfecto y la grata sensación de haber participado de una
justa vindicación de Manuel Dorrego, como para contribuir al cierre de esa
enfermiza grieta entre compatriotas, anhelo martinfierrista que saboreamos a
través de la prosa de Hernández y que, un día lleno de ventura, se tendrá que
plasmar para la salud del pueblo argentino.
Revuelo de
Ponchos Rojos
Letra: Raúl Trullenque. Música: Roberto Rimoldi Fraga
Intérprete:
Gastón Madariaga (San Lorenzo de Navarro)
Danza:
Mirta E. Báez y Juan Carlos Díaz (Patricios de Vuelta de Obligado - Agrupación
Folklórica Nativa “El Pehual” de San Miguel, provincia de Buenos Aires)
Fotografías: Manuela Díaz